11/9/2007
Autor: Guillermo Lipis
De verdad es que quisiera poder en alguna oportunidad, desear un buen comienzo de año nuevo judío sin tener que proponer reflexionar sobre temas ásperos. El año dulce representado en la manzana con miel, en todo caso, es una noble expresión de deseos que -en el plano de la problemática comunitaria- lejos está de la preocupante realidad que no puede escapar al conocimiento de la dirigencia, aunque en algunos casos decidan esconderla debajo de la alfombra.
Aquí van algunas dudas que surgen en esta hora de reflexión sobre temas calientes, en la proximidad de 'Iamim Noraim':
Un caso emblemático es lo sucedido con la información vertida en nuestra edición anterior cuando dimos a conocer que el exhorto requerido por el juez Canicoba Corral no había sido traducido al farsí con el objetivo de entregarlo formalmente al gobierno de la República Islámica de Irán. De la AMIA, inmediatamente se pusieron en contacto con nuestra redacción para que ratificáramos o rectificáramos dicha información. Al haber sido reconfirmada, iniciaron gestiones de rechequeo de la noticia y reclamaron a la cancillería argentina por la falta de cumplimiento de la orden del juez. La DAIA, en cambio, una vez más, decidió sostener su silencio de radio sobre cualquier tema difundido por Nueva Sión, no sólo en su 'Micro Ejecutivo de Noticias' sino en la acción de su abogada perenne y vitalicia: Marta Nercellas quien continúa al frente de la querella de la institución de la que aún estamos esperando la resolución de la comisión que Aldo Donzis (su actual presidente) aseguró que conformaría para evaluar la gestión de los profesionales que llevan adelante la causa. Nercellas no se va, y Miguel Bronfman -de la AMIA- tampoco se va. Ambos fueron parte del equipo de la querella oficial que diera por tierra con su estrategia de involucrar a la Bonaerense y sólo lograron la liberación de Ribelli, Telleldín y compañía por haber apostado a la construcción de una 'verdad jurídica' construida sobre la base de los 400.000 dólares abonados al 'enano' por el ex juez Galeano con fondos de la SIDE. Ambos abogados, inexplicablemente, siguen en funciones. Pero más inexplicable es -desde la frecuencia de la buena fe- entender los motivos de sus respectivas continuidades: ¿negligencia, inexperiencia de los dirigentes, ingenuidad política o qué...?
En su época de ministro del Interior de la Alianza, 'Freddy' Storani trató de "locos" a los integrantes de Memoria Activa porque le reclamaron que su gobierno no sólo escuchara a la dirigencia oficial. "¿Ustedes están locos? -dicen que les dijo. Si tienen una dirigencia elegida en las internas, ¿por qué tenemos que tener oros interlocutores?", remató tratando de desacreditar a Memoria Activa como una voz alternativa. La reflexión política de Storani es digna de tomar en cuenta para pensar ¿por qué INTERPOL reclamaría a Irán por los pedidos hechos por la justicia argentina si la política argentina no lo hace antes? Esta evaluación no es jurídica, es de lectura política. Y parece que la dirigencia actual no la considera posible o viable. No se entiende cómo, si la agrupación de Familiares y Amigos de las Víctimas afirman que lo sabían (ver pág. 5 de esta edición) sólo recurrieron a la justicia y no ejercieron el reclamo político correspondiente si -como dicen- estaban al tanto de esta situación desde antes del último 18 de julio.
¿Es que nadie ejerce, a 13 años, un verdadero seguimiento sobre la causa?
El otro tema que se vino con una fuerza inusitada es el de los entierros de personas no convertidas al judaísmo, pero casadas con una persona de origen judío; y de aquellas convertidas por el movimiento Conservador o Reformista. En ambos casos, tomando un concepto del extinto rabino Marshall Meyer, era (y es) preferible "tener uno más adentro" y no tres o cuatro más afuera. La disminución de la grey judía no sólo se produce por la asimilación sino por la no adecuación pragmática del reconocimiento de quién es y no es judío. En el caso de las personas convertidas, la lucha es, básicamente, con la ortodoxia que sigue detentando el monopolio de la verdad religiosa en la AMIA. Y los matrimonios mixtos y sus hijos (quienes se sienten muchas veces más judíos que un judío de nacimiento) comenzaron a pelear por el reconocimiento de la patrilinealidad de la que habla el movimiento Reformista -en el exterior- y el movimiento laico -liderado por Yossi Beilin- en Israel. Sobre esta última teoría no existe apoyo ni de los conservadores ni de los reformistas locales que, ante la ortodoxia, sus conversiones son tan aborrecidas como los matrimonios mixtos. El tema no salta ahora de casualidad, sino que está vinculado con la llegada a la tercera edad de aquellas personas que produjeron una apertura en sus vidas de relación allá por las décadas de los ´60 y los ´70, cuando la efervescencia política y el "peace and flower" rondaban el sentido universal y humanista de la justicia y la solidaridad social pasando por encima de barreras étnicas o comunitarias. Atarse a dogmas que no tienen en cuenta que el amor no sabe de religiones pone en riesgo la empatía de familias enteras hacia lo que hasta ahora fue, para muchas de ellas, el útero comunitario y social elegido para vivir en comunidad, una comunidad que ahora parece darle la espalda. Familias enteras comienzan a discurrir que no se imaginan enterrados en otros cementerios en el futuro, pero también surgen hálitos de desolación, tristeza y frustración en aquellos que creyeron que habían sido aceptados y que decidieron no mentir, ni mentirse, convirtiéndose religiosamente para ser aceptados. Muchos de ellos estarán en los templos estos 'Iamim Noraim' acompañando a sus familiares por adopción. Muchos reflexionarán sobre este tema durante estas conmemoraciones. Muchos dirigentes tendrían que hacer lo mismo, e incluso mirar a su alrededor antes de realizar su introspección y definir en qué vereda se paran acerca esta problemática.
Es preocupante, también, el rechazo detectado por los investigadores del Instituto Gino Germani (de la UBA) de las personas que preservan aspectos de su identidad cultural originaria (ver pág. 7). Hay aquí, un indudable problema vinculado con la educación y el mundo de lo social. Y trabajos pendientes en todos los sectores que conformamos la sociedad argentina.
La tradición judía sostiene que es más fácil dominar el Talmud que modificar un solo rasgo de la personalidad. Sin embargo, no debemos dejar de intentarlo.
Estos 'Días Solemnes' de 'Iamim Noraim' (los transcurridos entre Rosh Hashaná y el Iom Kipur) son aptos para reflexionar sobre la familia, los amigos, los hijos; y algunos deberán incorporar y dedicar tiempo a pensar sus aportes en términos de la responsabilidad que ejercen como dirigentes. Los ciclos terminan y recomienzan en nosotros mismos, y el shofar nos recuerda lo inevitable: la nueva oportunidad de cambiar el mundo más próximo y el colectivo, el social, el que nos rodea.
La introspección puede cambiar el curso de nuestro destino afirmando o rectificando nuestras acciones. De cada uno depende primero. Así que amigos lectores, desde Nueva Sión les deseamos el inicio de un año dulce; de cambios en lo que requiera; de sensibilidad hacia el semejante; de audacia para reconocer los errores; de humildad y trabajo; de solidaridad; de aproximación a un Israel progresista, humanista y en paz con sus vecinos; con amor necesario para seguir generando una vida digna. Más digna que nunca, por nosotros, los otros y nuestros hijos.
Shaná Tová Umetuká para todos. Que un buen y dulce año se asiente en nuestras vidas y corazones.
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