lunes, 11 de febrero de 2008

Una mano lava la otra (CORREPI)

UNA MANO LAVA LA OTRA

Y las dos lavan la cara del sistema. La crónica periodística, austera, informó que "En un marco de sobriedad, la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) le dio ayer su "reconocimiento" a los integrantes de la Dirección General de Terrorismo Internacional y Delitos Complejos de la Policía Federal, por su participación en la lucha contra el terrorismo. La distinción la recibió en esa sede policial, en Palermo, el jefe de la fuerza, comisario Rubén Santos." (Clarín, 17/11/01).
"Santos admitió que hubo “errores” de algunos hombres de la institución, que se vieron involucrados en “esos episodios”, pero destacó –al igual que el titular de la DAIA, José Hercman y el director de la División Antiterrorismo, comisario inspector Jorge Palacios– que la Policía Federal impulsó la “inmediata puesta a disposición ante la Justicia de esos hombres”. Al acto asistió el juez Juan José Galeano, que investiga el ataque contra la AMIA." (La Nación, 17/11/01)
Como para que no queden dudas, el titular de la DAIA, José Hercman, quien descubrió una plaqueta, coincidió con Santos en la necesidad de "depurar a los malos policías", mientras que al finalizar el acto, Santos aseguró que el gesto de la DAIA "limpia la imagen de la institución", en cuya jurisdicción se cometieron los ataques a la Embajada de Israel y a la AMIA, en 1992 y 1994.
El Movimiento Judío por los Derechos Humanos, con la firma de Herman Schiller, Marcelo Rodríguez, Ivana Brighenti y Pedro Resels, difundió un comunicado en el que repudia el homenaje al que califica de "vergonzoso y claudicante", y que, afirma, "se suma a tantas otras actitudes similares, de genuflexión y condescendencia con los poderes constituidos, que nos hacen recordar los momentos trágicos de la Segunda Guerra mundial, cuando los “Juden Rat”, o sea, los Consejos Judíos designados por los nazis, se prestaban a colaborar con los genocidas. La Policía (la Federal, la Bonaerense y la de las otras provincias) conforman instituciones perversas, plagadas de fascistas y antisemitas; y, como lo han denunciado organizaciones prestigiosas como la CORREPI o el CELS, están mucho más cerca de los delincuentes que del resguardo de la seguridad".
Agradecemos a los compañeros que nos consideren una "prestigiosa" organización. Y una vez más reiteramos que el mal llamado "problema policial" no es una simple consecuencia de la existencia de fascistas, antisemitas, autoritarios o represores reciclados en sus filas -que los hay, desde luego- sino la obvia consecuencia de la necesidad del sistema de contar con un aparato represivo diseñado para disciplinar y controlar socialmente a las masas empobrecidas y capaces de rebelarse. Lo perverso no son los individuos ni las instituciones en forma aislada, sino el sistema que genera unos y otras para garantizar su propia existencia. Por eso tampoco son una solución las "purgas", "reformas", "reestructuraciones" u otros eufemismos similares por los que claman desde el propio Santos hasta los que procuran relegitimar el aparato represivo del Estado disfrazados de progres mientras siguen al pie de la letra el proyecto diseñado por el Departamento de estado yanqui.

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